ARAGÓN MARAVILLOSO: SOS DEL REY CATÓLICO

La Villa de Sos del Rey Católico, situada al norte de la provincia de Zaragoza, en la pintoresca comarca de las Cinco Villas y muy cerca de la Comunidad Foral de Navarra, se alza majestuosa sobre la Peña Feliciana. Esta colina, con dos imponentes promontorios, tiene su historia bien marcada: en el más alto se erige el castillo, el corazón y origen de la villa, mientras que en el otro se encontraba, en tiempos medievales, el pintoresco Barrio Judío. ¡Un lugar cargado de historias que te transportan a otra época!

Esta antigua villa tiene un pasado tan largo como fascinante, un viaje milenario que se deja ver en los testimonios históricos, artísticos y culturales de las diversas civilizaciones que la habitaron y dejaron su huella. Los primeros pobladores de Sos llegaron hace cientos de años, ¡y su historia sigue viva en cada rincón! Durante la reconquista, en el siglo X, Sos se convirtió en una plaza militar clave en la lucha contra el Islam. Fue un punto clave entre dos grandes reinos medievales: Navarra y Aragón. Ya en la Edad Media, la villa fue creciendo y ganando notoriedad. Su fama, sin embargo, alcanzó su máximo esplendor gracias a un acontecimiento histórico: aquí nació el rey Fernando II de Aragón, más conocido como Fernando el Católico. ¡Un personaje que dejó una marca indeleble en la historia de España!

Esa rica tradición convierte a Sos en uno de los monumentos históricos más impresionantes de Aragón, con su fisonomía medieval perfectamente conservada en cada calle, plaza y majestuoso edificio palaciego que adorna su casco urbano, declarado conjunto histórico artístico en 1968. No es de extrañar que Sos se haya convertido en un lugar de referencia para cineastas. De hecho, este encantador pueblo ha sido el escenario de famosas películas película como LA VAQUILLA (1985), de Luis García Berlanga, en la que actuaron como extras muchos de los vecinos de la localidad.

Y más recientemente, en una gran producción como la exitosa serie LA CATEDRAL DEL MAR.

Pero Sos no fue tan sólo escenario de películas, sino que el 2 de octubre de 2007, sus calles se convirtieron en el decorado perfecto para grabar el anuncio de la Lotería de Navidad de ese año, participando también como extras muchos de sus habitantes.

¡Un auténtico plató de cine al aire libre, donde la historia cobra vida en cada esquina! Pues en 2009, con motivo del 25 aniversario de este rodaje en el municipio y en reconocimiento a lo que la película ha supuesto para la villa, se colocaron un conjunto de esculturas, realizas en bronce por el escultor José Luis Fernández. Las esculturas representan, a tamaño natural la silla que habitualmente utilizan los directores de cine, y junto a cada silla (12 en total), se ha colocado una claqueta en la que se reproducen algunas de las mejores frases que forman parte de los diálogos de la mítica película. Las sillas están distribuidas por todo el municipio, en algunos de los lugares que son escenarios de la película y que podemos visitar siguiendo la RUTA DE LA VAQUILLA.

Comenzamos nuestro recorrido por esta encantadora villa en la vibrante Plaza del Mesón, donde ascendemos por la pintoresca calle Emilio Alfaro. Al llegar, nos recibe un modesto pero significativo CRUCERO, que ha sido trasladado desde su ubicación original en el antiguo cementerio. A su lado, se encuentra la emblemática Silla del productor Alfredo Matas, con una placa que reza: “Gracias a su tesón fue posible el rodaje de La Vaquilla, la película más cara del cine español hasta 1984”. Un homenaje a un gran pionero del cine. Y allí mismo, para adentrarnos en la historia de la Villa, cruzaremos el PORTAL DE ZARAGOZA, la entrada principal de las siete puertas que aún se conservan en el recinto amurallado medieval.

Nos atrae irresistiblemente el balcón de uno de los edificios que asoma a este pintoresco rincón.

Al cruzar el arco, se abre ante nosotros la calle principal, "Fernando el Católico", que nos conduce directamente a la encantadora Plaza de la Villa. A lo largo de este recorrido, nos acompañan majestuosas casas blasonadas y un entramado de callejuelas empinadas y empedradas, que parecen susurrar historias de antaño mientras nos invitan a perdernos en su laberinto lleno de encanto.

Algunas de estas callejuelas tienen nombres tan intrigantes como el Callejón del Gato.

¡A ellas, como curiosos vigilantes, asoman edificaciones con su estructura única, robando nuestra atención y despertando nuestra imaginación!

La más destacada, sin duda alguna, es el PALACIO DE SADA, uno de los edificios más emblemáticos de la villa, sobre todo, por ser el lugar de nacimiento, el 10 de marzo de 1452, del rey Fernando el Católico, hijo de Doña Juana Enríquez y Juan II de Aragón.

Constituye uno de los mejores y más significativos ejemplos de arquitectura civil de toda la localidad por su sobria arquitectura. Las estancias más antiguas del Palacio datan del siglo XIII, y a partir de ese momento se van sumando y añadiendo otras nuevas, hasta que a finales del siglo XVI encontramos la planta completa, adaptada y aglutinadora de los irregulares cuartos o dependencias preexistentes. En la fachada, sobre la puerta de entrada, podemos ver el escudo de la familia Sada, importante familia de origen navarro, y a la que perteneció hasta mediados del siglo XIX.

Hoy en día el Palacio es el Centro de Interpretación Fernando II de Aragón (también ejerce de Oficina de Turismo). En el centro, mediante paneles y audiovisuales, se acerca al visitante a la vida y la época de este ilustre monarca.

En una estancia situada al oeste del zaguán encontramos los restos más antiguos del palacio, como una puerta ojival de sillería y una ventana geminada con arcos ultracirculares.

También en el interior se encuentra a modo de capilla, la que fuera IGLESIA DE SAN MARTÍN DE TOURS (s.XIII), un pequeño templo de nave única perteneciente al estilo románico tardío.

En la pared de su testero se encontraron, ocultas por la cal, algunos restos de pintura mural de la primera mitad del siglo XIV, en estilo gótico lineal, representando diversos milagros protagonizados por el llamado apóstol de las Galias, muy populares en la Baja Edad Media, que manifiestan su relación con la pintura francesa recibida a través de los Pirineos por los peregrinos franceses que iban a Compostela.

Estilísticamente se pueden atribuir al taller que decoró el frente de la mesa de altar con historias de la vida de san Pedro apóstol y que preside la capilla de Nuestra Señora del Perdón, situada en la cripta de la IGLESIA DE SAN ESTEBAN (enlace a nuestra publicación).

Estas pinturas fueron restauradas en el año 1990, y en ellas se representan diferentes pasajes de la historia de san Martín de Tours (†397), titular de la iglesia (San Martín es nombrado obispo de Tours contra su voluntad;...

... La misa de San Martín;...

...El desafío del pino derribado;...

... Aparición de la Virgen María con santa Inés y santa Tecla a san Martín de Tours; La caída de la escalera; San Martín se enfrenta con el diablo; La caridad de san Martín; Resurrección de un catecúmeno.

Sigamos nuestro recorrido por la villa hasta cruzar los encantadores soportales que nos abren paso a una de las plazas más fascinantes y pintorescas de Sos.

Estamos en la PLAZA DE LA VILLA, un lugar con una historia vibrante, donde en la Edad Media se llevaba a cabo el bullicioso mercado. Si miras con atención en el punto exacto donde se encuentran los dos arcos, podrás observar un pequeño hueco que servía para colgar la balanza de pesaje, y una hendidura vertical que marca la medida tradicional de la Vara Jaquesa (772 mm). En este rincón, los comerciantes y aldeanos se encontraban bajo la vigilancia del Almutazaf, el juez de mercado que aseguraba que todo estuviera en orden.

Alrededor de esta acogedora plaza, pavimentada con piedras que le dan un toque especial, se alzan varios edificios históricos, pero sin duda, el más imponente es la CASA CONSISTORIAL, que nos da la bienvenida con su majestuosa fachada renacentista. Construida a finales del siglo XVI por el concejo de Sos, fue reformada en el siglo XIX y restaurada en los años 80 para adaptarse a su rol actual como sede de la administración local.

Este elegante edificio de tres plantas, erguido con piedra de sillería, tiene detalles que lo hacen único. Sobre la puerta de entrada, se muestra orgulloso el escudo de Sos, y al cruzar el umbral, un mosaico de cantos rodados cubre el suelo del patio, un símbolo de las construcciones nobles de la época. Y si miramos hacia arriba, la tercera planta nos regala una encantadora galería de arquillos, típica de los palacios aragoneses, del que sobresale un precioso alero de madera muy repujado. Y por si fuera poco, la fachada también guarda un pequeño secreto: inscripciones grabadas en 1681, hacen referencia al Antiguo Testamento.

Subiendo por la calle Manuela Pérez de Biel desde la plaza, se nos presenta en el horizonte la silueta imponente de la espadaña de la iglesia de San Esteban, dominando la cima de la Peña Feliciana, donde también se erige el majestuoso castillo.

Pronto nos toparemos a la derecha con el edificio que en tiempos antiguos fue LA LONJA, un bullicioso mercado y el corazón de las reuniones del concejo de la villa en la Edad Media. Hoy en día, alberga la biblioteca municipal en su estructura principal, un espacio lleno de historia y conocimiento. Además, su patio abierto, con un elegante soportal porticado y arcos apuntados, conserva dos curiosos huecos excavados: eran los antiguos reservorios de hielo, esenciales en aquellos tiempos para conservar alimentos frescos. ¡Una auténtica cápsula del tiempo!

En Sos del Rey Católico podemos ver la imagen de San Esteban en dos lugares: en el altar mayor de la iglesia parroquial, con el libro, las piedras y la palma del martirio y en esta calle Manuela Pérez de Biel, en la clave del arco de la puerta contigua a la entrada principal del COLEGIO ISIDORO GIL DE JAZ. Esta última, tallada en piedra, algo desgastada por estar a la intemperie, no parece que se esculpiera con las simbólicas piedras del martirio, pudiendo confundirse, a simple vista, con cualquier otro mártir que porte la palma del martirio, pero una inscripción en la parte superior de la talla ratifica su identidad: San Esteban.

El complicadísimo ascenso y lleno de desafíos con la silla de ruedas, nos lleva ahora hacia una estatua que rinde homenaje a uno de los grandes maestros del cine español: Luis García Berlanga, director de la vaquilla, siendo la única silla de todo el recorrido ocupada y en cuya claqueta podemos leer “Yo las únicas trincheras que creo que deben existir, son entre el hombre y la mujer”.

Junto a la escultura se abre un paso abovedado conocido como el TÚNEL O CLAUSTRO DE SANTA MARÍA DEL PERDÓN, que da acceso al conjunto formado por la IGLESIA DE SAN ESTEBAN (enlace a nuestra publicación), destinada al culto y cuyo acceso se realiza a través de una hermosa portada románica del siglo XII.

Y la estructura más primitiva de aquella, a veces llamada simplemente "CRIPTA"(enlace a nuestra publicación). Es la iglesia inferior, construida a mediados del siglo XI, un espacio reducido cuyo máximo atractivo son: sus PINTURAS MURALES góticas y dos capiteles.

Pero también al CASTILLO, origen de la población (“castrum”), que se erige imponente en lo alto, un vestigio del siglo X, mandado construir por la monarquía navarra para defender la frontera del avance del Islam. Aunque hoy solo queda una pequeña torre de vigía en la esquina noroeste, lo que fue un fortín amurallado, aún podemos imaginar la grandeza de su estructura circular y sus varias plantas, como nos lo cuentan las saeteras que han sobrevivido al paso del tiempo.

Otro de los secretos bien conservados de este castillo es la famosa TORRE DEL HOMENAJE, una fortaleza de planta cuadrada con dos puertas, orientadas al norte y al sur. Esta torre, que data del siglo XII, fue la última línea de defensa de la villa en tiempos de peligro. En esa época, Sos se transformó en una "villam", siempre como frontera, pero ahora enfrentándose al vecino Reino de Navarra.

Situado estratégicamente sobre la Peña Feliciana, el castillo ofrece una vista impresionante, permitiendo observar toda la villa y su vasto territorio circundante, donde destaca el MONASTERIO DE NUESTRA SEÑORA DE VALENTUÑANA, y al horizonte la Sierra de Leire, del que también visitamos su fascinante monasterio. ¡Un mirador de historia y naturaleza al mismo tiempo!

En este espacio, y dentro de la mencionada ruta de la vaquilla, también se ubican las sillas de los actores: Guillermo Montesinos (soldado Mariano), en cuya claqueta refleja la escena en que Mariano les hace desviarse del camino para visitar los campos de su suegro, hecho por el que el Teniente Broseta le rapa el pelo: «¡La viña!, se han cargado la huerta de mi suegro, me cago en la madre que los echó!… Ha sido la artillería… ¡La nuestra, ha sido la nuestra… Hijos de puta!».

Y dos que recrean el momento posterior al encierro, el baño en el río, rodado en las inmediaciones del Puente de Uncastillo. La de Alfredo Landa (Sargento Castro), donde nos dice: “Has visto, al Teniente? Aquí en pelota, ni enemigos ni nada … Hasta te invitan a desayunar”.

Y de José Sacristán (Teniente Broseta), cuya claqueta dice: “No digas ¡Por Dios!...¡que somos rojos!".

A los pies del castillo, las calles y callejones de la villa descienden adaptándose a la topografía del terreno, y a lo largo de ellas descubrimos edificios que esconden detalles decorativos sorprendentes, así como nombres de calles curiosos, como el de “Cuidado”. ¿Qué misterio se oculta tras esa advertencia? ¿Qué secretos nos aguardan al dar un paso más?".

El paseo por sus estrechas calles nos lleva hasta la fascinante JUDERÍA medieval, conocida hoy como el "barrio alto". En sus orígenes, esta zona estaba formada por unas treinta casas, distribuidas alrededor de una calle principal que conectaba con el centro de la villa y desde la cual se bifurcan varios callejones, algunos sin salida o callizos, llenos de encanto y misterio. Lugares de lo más pintorescos como la calle «sal si puedes», las calles Coliseo, Mentidero y La Luna.

El corazón de la judería es la conocida como Plaza de la Sartén, en una de cuyas casas se conserva la hendidura donde situar la Mezuzah. Dada la cercanía a Navarra, cuando en 1492 fue firmado el decreto de expulsión, fueron mayoría los judíos de la villa que cruzaron la frontera al vecino reino.

Al cruzar el majestuoso PORTAL DE LA REINA, nos adentramos en otra de las historias más fascinantes de la villa. Algunos cuentan que por aquí entró la reina para dar a luz al futuro rey, mientras que otros aseguran que el nombre proviene de una restauración realizada por el ayuntamiento en honor a la Reina Doña Juana Enríquez. También fue conocido como Portal de Maya, en referencia al antiguo nombre de la calle, o Portal de la Fuente Alta, por la fuente que se encontraba cerca.

Esta imponente torre-puerta almenada, con su matacán que parece desafiar el tiempo, guarda en sus muros inscripciones de la guerra de la Independencia escritas en francés. No es difícil imaginar a algún soldado galo, frustrado por el incansable acoso de los guerrilleros españoles liderados por el General Espoz y Mina, dejando su rastro de ira en esos muros. Las huellas de esa lucha encarnizada, que duró diez días de feroz resistencia, siguen presentes en sus piedras, como un eco lejano de aquel conflicto.

En el mismo lugar, se erige el CRUCERO DE LA REINA, una obra fascinante con una grada de ocho lados y dos alturas que parece desafiar el paso del tiempo. Su basa y fuste, también octagonales, se elevan con elegancia, mientras que el capitel, meticulosamente esculpido, presenta figuras que capturan la mirada de quien se detiene a admirarlo. Este impresionante conjunto albergó en su día una cruz de piedra, que hoy ha sido reemplazada por una de hierro. A su lado, se encuentra una silla muy especial, dedicada a la célebre actriz Amparo Soler Leal. La cartela que la acompaña, con su inscripción: “Pero , ¡Si es un teniente! Yo, como no le había visto las estrellas … Adelante, mi teniente, usted gratis … y espero que no me denuncie”.

¡Y así concluimos este emocionante viaje por una historia única, donde las culturas se entrelazan y las huellas del pasado perduran con fuerza! Un rincón tan fascinante como curioso, en el que cada calle, cada piedra y cada rincón guardan secretos de quienes, a lo largo de los siglos, dejaron su marca imborrable. Y por si fuera poco, este lugar tan especial fue reconocido en enero de 2016 al ser incluido en la prestigiosa asociación de los Pueblos Más Bonitos de España. ¡Un merecido honor para un lugar que, sin duda, enamora a todos los que lo visitan!