El conjunto de la Iglesia de San Pedro de Teruel
está conformado por una serie de elementos arquitectónicos de lo más
interesante dentro del mudéjar aragonés: una de las cuatro torres puerta de la
ciudad, con paso de la calle por su parte inferior, el propio templo con su
estructura de iglesia-fortaleza y uno de los pocos claustros de este estilo que
quedan en Aragón.
A todo ello hay que añadir el Mausoleo de los
Amantes, situado en una de sus capillas y que constituye el destino turístico
de Teruel por excelencia.
La torre es la de menor altura de las cuatro
medievales que se levantan en la Ciudad. A pesar de no disponer datos sobre su
construcción, sus rasgos arcaizantes la sitúan como la más antigua, o al menos
pareja con la de la Catedral de Santa María de Mediavilla, en su cronología.
Los capiteles que sustentan los arquillos se decoran
con motivos de tipo románico.
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En uno de ellos podemos ver talladas las llaves de
San Pedro.
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El motivo más curioso aparece en varios capiteles de
estos frisos y en uno de los ventanales del cuerpo superior. Se trata de la
“hamsa” o mano de Fátima, signo de procedencia norteafricana introducido en
España por los almohades y que se documenta en la primera mitad del siglo XIII.
Su significado simboliza fundamentalmente la fe del Islam y la protección
contra los maleficios.
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Dividida al exterior en dos cuerpos, se encuentra
adosada por su lado este a la iglesia.
Al igual que en el caso de esta última, es posible
que se tratase del campanario de la primitiva iglesia románica de San Bartolomé
que se levantaba en el lugar, de la que tenemos noticias de su existencia en 1196,
y de la que nada queda después de levantarse el actual templo mudéjar en el
siglo XIV.
Gracias a la labor investigadora de Alberto López
Polo sabemos que hacia el año 1319 se estaba construyendo la fábrica
mudéjar y que en 1383 Francisco Sánchez Muñoz, rico hombre de la localidad, se comprometía a
construir el claustro con derecho de paso por el mismo desde su casa a la
iglesia.
En el año 1392 se consagra la iglesia lo que
permite suponer la conclusión de las obras.
De las dos portadas que se abren en la fachada
norte, la más interesante es la primitiva, construida al igual que la iglesia
en el siglo XIV. Actualmente está cegada, y conserva un amplio arco
apuntado con friso en la parte superior, que presenta en el centro un motivo
lobulado en el interior de un círculo que a su vez se inscribe en el centro de
un triángulo.
El intradós del arco se decora con ocho pequeñas
hornacinas en forma de templete gótico con terminación apuntada y dos pequeños cuadrilóbulos en su parte inferior.
La actual portada principal se abre en el tramo
contiguo de los pies. Construida en el siglo XVIII se cobija en un atrio en
forma de arco de medio punto sobre el que se dispuso un tejaroz de madera.
Al interior la iglesia de San Pedro es de nave única
de tres tramos con cabecera poligonal de siete altares, el central queda oculto
por el retablo mayor al igual que parte de las limítrofes. Y capillas laterales
entre los contrafuertes, tanto de la nave como del ábside y coro alto
a los pies, a través del que se
accede al interior de la torre.
Se dispone en el, un gran rosetón decorado con
yeserías caladas de tipo gótico cerradas con vidrieras modernas colocadas en la
reforma de principios del siglo XX.
Bajo este, el órgano hoy desmontado, lo que permite
ver las pinturas de la pared de la torre de san Pedro. Se sabe que es uno de
los más antiguos de la ciudad y que a principios de siglo XX en1914, aún estaba
en funcionamiento.
Bajo él está el coro. Su reja fue elaborada por los
talleres de Matías Abad inspirada en la de la catedral de Teruel.
La sillería de este, resulta de la reforma del siglo
XIX, aunque una parte de ella se trajo del antiguo convento de los Dominicos
del siglo XVII en madera de nogal.
El aspecto actual que presenta el interior de la
iglesia es producto de la reforma llevada a cabo entre los años 1896 y 1910
como consecuencia del grave incendio que sufrió por causa de la caída de un
rayo en el año 1873 que debió de dejarla en un lamentable estado. Según cita
Santiago Sebastián anteriormente había sufrido otra reforma en 1741.
Está concebida como un gran espacio unitario, amplio
y sin interrupciones visuales. Incluso se prescinde del crucero para evitar
diferencias espaciales.
El retablo Mayor, es obra de Gabriel Joly, dedicado
a la advocación de San Pedro es un enorme espectáculo labrado en madera y sin
policromar que debió ser construido a finales del siglo XIV.
En el banco hay cuatro grupos escultóricos que son, de izquierda a derecha: Jesús lavando los pies a San Pedro. San Pedro dormido en el Huerto de los Olivos. A continuación, un sagrario barroco, para continuar con Jesús atado a la columna ante San Pedro y el Beso de Judas junto a San Pedro cortando una oreja.
Calle principal: Gran representación de San Pedro en su Cátedra de Roma. Encima tenemos la Coronación de la Virgen. Más arriba la Crucifixión de Cristo con los ladrones y remata el Padre Eterno.
Calle de la izquierda: La escena del “Quo Vadis”. Cristo apareciéndose a San Pedro. San Pedro ante la Ascensión de Señor.
Calle de la derecha: Crucifixión de San Pedro. El Milagro del Paralítico. San Pedro predicando en Jerusalén.
El retablo más notable del templo es el
dedicado a los Santos Cosme y Damián, del que Gabriel Yoly se declara autor en 1537, junto
al dorador-estofador de retablos, León Picardo.
En el conjunto se hallan, de izquierda a derecha los
siguientes grupos escultóricos: Martirio de los titulares, La Piedad y
el Milagro de la colocación de la pierna, que fue amputada a un negro. En la
hornacina central están los titulares, de tamaño natural y en elegantes
posiciones; su porte nos evoca a dos sabios renacentistas. San Lucas
(izquierda) y la magdalena (derecha) ocupan las hornacinas laterales, estando
sobre montados por dos tondos, cada uno de los cuales tiene una figura
de la Anunciación. El Calvario del remate se aloja en un compartimiento
ovalado. Cristo está acompañado por su madre y el apóstol Juan. Amorcillos
portadores de escudos flanquean los extremos superiores.
Todo para enaltecer las figuras de los mártires.
Enterradas donde hoy se sitúa esta capilla de los
santos hermanos, en ella se hallaron en 1555 las sospechadas
momias de Isabel de Segura y Diego de Marcilla.
El peregrinar de las momias comenzó con su
descubrimiento en 1555, en una capilla de la iglesia de San Pedro, donde
permanecieron visibles hasta el año 1578, en el que fueron enterradas de nuevo
en la capilla de San Cosme y San Damián de la misma iglesia por orden
del obispo de Teruel don Andrés Santos.
Actualmente se ha restaurado este sarcófago y se sitúa
tras esta capilla, se puede contemplar en
el claustro.
Durante el siglo XVII los cuerpos pudieron ser
visitados en la misma iglesia de San Pedro, fue a comienzos de ese siglo,
cuando al hacerse populares, fueron trasladados de nuevo a un anexo de la
iglesia de San Pedro colocándolos esta vez en un panteón, realizo un templete de
madera que acogería de nuevo los restos, en una sala del claustro de la iglesia
de San Pedro, hasta el año 1902.
La pequeña capilla se cubre con cúpula sobre
pechinas decorada con motivos barrocos de yeso, en un templete de madera
obra del turolense Policarpio Serrano
donde estuvieron ubicados, entre 1854 y 1902, los restos de Isabel y Juan
Diego, los Amantes de Teruel,
antes de su traslado a la capilla del Sagrado
Corazón en este último año, tras ser depositados en dos nuevos sarcófagos de
madera tallada y con tapa de cristal.
Durante la guerra civil, las momias fueron
trasladadas a los sótanos del convento de las Carmelitas de Teruel para su
custodia y finalizada la contienda fueron devueltas a su anterior ubicación.
En el año 1955, año del IV centenario del
descubrimiento de las momias, el diario LUCHA de la ciudad de Teruel comenzó
una campaña a nivel nacional con el fin de recaudar fondos para la construcción
de un mausoleo, este hecho, logró que Juan de Ávalos visitara la
ciudad y al contemplar el horrendo espectáculo que ofrecían las momias, se
comprometió a realizar un mausoleo digno. Pocos meses después regaló a la
ciudad de Teruel su maravillosa obra: el mausoleo de alabastro y bronce en el que
actualmente reposan los restos de Diego de Marcilla e Isabel de Segura.
Otra de las capillas destacadas de este templo es la
de la Concepción.
Esta capilla que empieza siendo gótica y continúa en
estilo barroco, fue mandada construir por el obispo Pérez
de Prado entre los años 1732 y 1755. Francisco Pérez de Prado y
Cuesta fue obispo de Teruel, y también Inquisidor General. La capilla, de
ambiente muy oscuro, era conocida popularmente como la capilla de los
racioneros.
Esta Iglesia de San Pedro es la única turolense
dotada de claustro, que a su vez es uno de los cuatro que se conservan en
Aragón de estilo mudéjar.
El porqué de la construcción del claustro, es un
tanto peculiar, ya que se hizo para facilitar el paso a la iglesia de una de
las familias más acomodadas de Teruel. En 1383 Francisco Sánchez Muñoz se
compromete a dota de retablo a la iglesia y a construir el claustro, a cambio
de tener acceso directo desde su casa al templo, que se levantaba en el solar
que ahora ocupa el jardín, a través del mismo y el derecho de enterramiento durante
cinco generaciones. Por eso nunca hubo en sus pandas monjes disfrutando de la
lectura ni de la meditación.
Los tramos son de planta cuadrada y se cubren con
bóvedas de crucería sencilla, con claves modernas. Los nervios de triple bocel
apean en ménsulas de hormigón colocadas en la reforma de principios del siglo
XX.
Uno de estos elementos son las tracerías neogóticas
de los ventanales del corredor próximo al jardín. Solamente se conservaba una
de las quince que había en total, que se ha completado rehaciendo las otras dos
y cerrando con alabastro los huecos.
Si algo llama la atención del visitante cuando
deambula por las pandas de este claustro, son sin duda las ménsulas que sirven
de apoyo a los nervios de las bóvedas.
Son obra de las reformas de principios del siglo XX, un hombre sujetando el peso sobre sus
hombros.
O otra, que, a pesar de su postura, en principio
parece normal, tiene los pies de cabra y las manos de caballo; el segundo
parece un homenaje al “maestro Yoda” de la Guerra de las Galaxias.
Por último, en el tema figurativo, dos calaveras
afrontadas.
Mausoleo de los Amantes, verdadero icono sentimental
y turístico de la ciudad y que actualmente está instalado en la que fuere
Capilla del Sagrado Corazón, ampliación barroca del siglo XVIII.
Arquitectónicamente destaca en esta capilla su
cúpula con linterna sobre pechinas decorada con esgrafiados de tipo vegetal en
color blanco sobre fondo negro.
Desde el año 2005 rodea la capilla el museo de los Amantes
de Teruel, edifico de nueva construcción realizado por el arquitecto turolense
Alejandro Cañada, donde se expone un variado contenido relacionado con la
historia de Isabel y Diego.
Drama que se convirtió en uno de los temas
predilectos por escritores y artistas del siglo XIX,
Dos cuadros que representan el dolor del rencuentro
de los amantes, uno de 1884, de Antonio Muñoz Degraín.
Y otro más vetusto, de 1857, y autoría de Juan García
Martínez.
Tanto las esculturas yacentes como los sepulcros
donde reposan las momias de los Amantes fueron esculpidos en alabastro por Juan
de Ávalos en 1956,a los que se accede bajando unos peldaños, con
una abertura por la que se penetra en el recinto. Además de los
cuerpos de Diego e Isabel, el escultor dispuso una serie de símbolos
íntimamente ligados a su historia de amor.
A los pies de la escultura de Diego aparecen dos
leones tallados en bronce que simbolizan valentía, fuerza y gallardía, y por
esa misma razón su mano izquierda reposa sobre el pecho.
A los pies de
la escultura de Isabel se pueden ver dos ángeles, también en bronce, símbolos
de su fidelidad, obediencia y pureza y por ello mismo su mano derecha reposa en
el vientre.
En el conjunto se representa la muerte de Isabel
junto al cuerpo de Diego, por eso él tiene los pies tapados con la mortaja que
le cubre, la cual retira ella para darle el beso que le negó en vida. Isabel
aparece con los pies descalzos, ya que todavía no ha dado tiempo a amortajarla.
Las cabezas ladeadas sin llegar a mirarse.
y las manos
que se tienden una hacia la otra sin llegar a tocarse simbolizan el amor
imposible.
El 19 de diciembre de 2017, se decide hacer una
capsula del tiempo para conmemorar los ocho siglos de la historia de los
amantes de Teruel, y no deberá ser abierta hasta transcurrir cien años más.
La iglesia de San
Pedro es una construcción de nave única con cabecera poligonal y capillas entre
los contrafuertes.Al exterior son
visibles la fachada norte y el ábside de la cabecera orientada al este. Las
fachadas sur y oeste quedan enmascaradas por el claustro, ampliaciones de
capillas, Mausoleo de los Amantes y torre.
De este perímetro exterior destaca la decoración del
ábside.
En el centro de la parte superior de cada uno de los
paños abre un vano en arco apuntado con doble arquillo interior separado por un
mainel de ladrillo. En el tímpano abre un pequeño óculo que sirve para iluminar
la tribuna o ándito que corre por encima de las capillas.
A la altura de los arcos se dispone en cada uno de
los lados sendos recuadros a base de estrellas de ocho puntas de color
blanco y cruces con extremos apuntados de color verde. Enmarcan estos
rectángulos líneas de azulejos verdes y blancos dispuestos en espiga.
La parte baja se ornamenta con paños de arcos
mixtilíneos que se prolongan y entrecruzan formando una sebka. Ribetean horizontalmente estos paños dos bandas de esquinillas simples
en dientes de sierra.
En la parte superior los contrafuertes embutidos
entre las capillas se prolongan en forma de torreoncillos de planta octogonal,
seis en total más otro en el centro coincidiendo con el vértice de la cumbrera
sobre la clave de la bóveda del ábside.
Mientras que la mitad inferior aparece lisa, la
superior se decora con cerámica de color blanco y verde en forma de estrellas
de ocho puntas, cruces de extremos apuntados y punta de flecha o espiga del
mismo tipo que la vista en los paños del ábside, más las estrellas de ocho
blancas ribeteadas por azulejos de color verde. En esta parte alta están huecos
con pequeños vanos que cierran por aproximación de hiladas. Se rematan con
tejadillos piramidales terminados en veletas.
El soneto ganador del Certamen Nacional de Poesía de
1999 “AMANTES DE TERUEL” obra de Mariano Marco Yagüe., dice:
Alabastro que ensalzas los amores
a golpe de martillo cincelados,
guardarás el sentir de enamorados
añorando en tu frío, sus ardores.
Las ansias del querer se confirmaron
con mazos de deseos en tu roca.
Yacen en paz. Sin besos en su boca
porque, unidos a ti, los cincelaron
en lecho con valor de eternidades.
Subsistes por la unción y las pasiones
de una sangre tejida de humedades
que, siglo a siglo, en lentas filtraciones
bordaron tus entrañas con edades
de vivir, y este amor, con ilusiones.
INFORMACIÓN RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_San_Pedro_(Teruel)
https://www.rutasconhistoria.es/loc/torre-de-la-iglesia-de-san-pedro
https://patrimonioculturaldearagon.es/patrimonio/iglesia-de-san- https://www.aragonmudejar.com/teruel/sanpedro/sanpedro01.htmlpedro-6/
https://www.aragonmudejar.com/teruel/sanpedro/sanpedro01.html
https://miscelaneaturolense.blogspot.com/2013/02/febrero2013miscelanea-la-capilla-de-la.html
https://miscelaneaturolense.blogspot.com/2013/01/enero2013miscelaneaiglesia-de-san-pedro.html
https://www.rutasconhistoria.es/loc/mausoleo-de-los-amantes-de-teruel
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