CONJUNTO AMANTES DE TERUEL - IGLESIA DE SAN PEDRO

 

El conjunto de la Iglesia de San Pedro de Teruel está conformado por una serie de elementos arquitectónicos de lo más interesante dentro del mudéjar aragonés: una de las cuatro torres puerta de la ciudad, con paso de la calle por su parte inferior,...

... el propio templo con su estructura de iglesia-fortaleza...

... y uno de los pocos claustros de este estilo que quedan en Aragón.

A todo ello, hay que añadir el MAUSOLEO DE LOS AMANTES, situado en una de sus capillas y que constituye el destino turístico de Teruel por excelencia.


La torre es la de menor altura de las cuatro medievales que se levantan en la Ciudad. A pesar de no disponer datos sobre su construcción, sus rasgos arcaizantes la sitúan como la más antigua, o al menos pareja con la de la CATEDRAL DE SANTA MARÍA DE MEDIAVILLA (enlace a nuestra publicación), en su cronología. Al igual que en el caso de esta última, es posible que se tratase del campanario de la primitiva iglesia románica de San Bartolomé, que se levantaba en el lugar, de la que tenemos noticias de su existencia en 1196, y de la que nada queda después de levantarse el actual templo mudéjar en el siglo XIV. Dividida al exterior en dos cuerpos, se encuentra adosada por su lado este a la iglesia.


Los capiteles que sustentan los arquillos se decoran con motivos de tipo románico. 

Foto recogida de:httpswww.aragonmudejar.comteruelsanpedro02sp11.jpg 

En uno de ellos podemos ver talladas las llaves de San Pedro. 

Foto recogida de: httpswww.aragonmudejar.comteruelsanpedro02sp17.jpg 

El motivo más curioso aparece en varios capiteles de estos frisos y en uno de los ventanales del cuerpo superior. Se trata de la “hamsa” o mano de Fátima, signo de procedencia norteafricana introducido en España por los almohades y que se documenta en la primera mitad del siglo XIII. Su significado simboliza fundamentalmente la fe del Islam y la protección contra los maleficios.

Foto recogida de: httpswww.aragonmudejar.comteruelsanpedro02sp24.jpg 

Gracias a la labor investigadora de Alberto López Polo sabemos que hacia el año 1319 se estaba construyendo la fábrica mudéjar del templo. En el año 1392 se consagra la iglesia, lo que permite suponer la conclusión de las obras. 

De las dos portadas que se abren en la fachada norte, la más interesante es la primitiva, construida al igual que la iglesia en el siglo XIV. Actualmente está cegada, y conserva un amplio arco apuntado con friso en la parte superior, que presenta en el centro un motivo lobulado en el interior de un círculo que a su vez se inscribe en el centro de un triángulo. La actual portada principal se abre en el tramo contiguo de los pies. Construida en el siglo XVIII se cobija en un atrio en forma de arco de medio punto sobre el que se dispuso un tejaroz de madera. 

Del perímetro exterior destaca la decoración del ábside. En el centro de la parte superior de cada uno de los paños, abre un vano en arco apuntado con doble arquillo interior separado por un mainel de ladrillo. En el tímpano abre un pequeño óculo que sirve para iluminar la tribuna o ándito que corre por encima de las capillas.

A la altura de los arcos se dispone en cada uno de los lados  sendos recuadros a base de estrellas de ocho puntas de color blanco y cruces con extremos apuntados de color verde. Enmarcan estos rectángulos líneas de azulejos verdes y blancos dispuestos en espiga. La parte baja se ornamenta con paños de arcos mixtilíneos que se prolongan y entrecruzan formando una sebka. Ribetean horizontalmente estos paños dos bandas de esquinillas simples en dientes de sierra.

En la parte superior, los contrafuertes embutidos entre las capillas se prolongan en forma de torreoncillos de planta octogonal. 


Al interior, la iglesia de San Pedro es de nave única de tres tramos con cabecera poligonal de siete lados y capillas laterales entre los contrafuertes, tanto de la nave como del ábside.

El aspecto actual que presenta el interior de la iglesia es producto de la reforma llevada a cabo entre los años 1896 y 1910 como consecuencia del grave incendio que sufrió por causa de la caída de un rayo en el año 1873, que debió de dejarla en un lamentable estado. Según cita Santiago Sebastián anteriormente había sufrido otra reforma en 1741. Está concebida como un gran espacio unitario, amplio y sin interrupciones visuales. Incluso se prescinde del crucero para evitar diferencias espaciales.


El retablo Mayor, es obra de Gabriel Joly, dedicado a la advocación de San Pedro, es un enorme espectáculo labrado en madera y sin policromar, que debió ser construido a finales del siglo XIV.  En el banco hay cuatro grupos escultóricos que son, de izquierda a derecha: Jesús lavando los pies a  San Pedro. San Pedro dormido en el Huerto de los Olivos. A continuación, un sagrario barroco, para continuar con Jesús atado a la columna ante San Pedro y el Beso de Judas junto a San Pedro cortando una oreja.




Llama la atención el gran rosetón decorado con yeserías caladas de tipo gótico, cerradas con vidrieras modernas colocadas en la reforma de principios del siglo XX


Bajo este, el órgano hoy desmontado, lo que permite ver las pinturas de la pared de la torre de san Pedro. Se sabe que es uno de los más antiguos de la ciudad y que a principios de siglo XX en1914, aún estaba en funcionamiento. 


Bajo él está el coro. Su reja fue elaborada por los talleres de Matías Abad, inspirada en la de la CATEDRAL de Teruel. 

La sillería de este, resulta de la reforma del siglo XIX, aunque una parte de ella se trajo del antiguo convento de los Dominicos del siglo XVII en madera de nogal. 


Una de las capillas destacadas de este templo es la de la Concepción, que empieza siendo gótica y continúa en estilo barroco.


Fue mandada construir por el obispo Pérez de Prado entre los años 1732 y 1755. Francisco Pérez de Prado y Cuesta fue obispo de Teruel, y también Inquisidor General. La capilla, de ambiente muy oscuro, era conocida popularmente como la capilla de los racioneros. 


El retablo más notable del templo es el dedicado a los Santos Cosme y Damián, del que Gabriel Yoly  se declara autor en 1537junto al  dorador-estofador de retablos, León  Picardo.

En la hornacina central están los titulares, de tamaño natural y en elegantes posiciones; su porte nos evoca a dos sabios renacentistas. 

Enterradas, donde hoy se sitúa esta capilla de los santos hermanos, se hallaron en 1555 las sospechadas momias de Isabel de Segura y Diego de Marcilla.

Parece ser que el peregrinar de las momias comenzó con su descubrimiento en el año 1555 en una capilla de la iglesia de San Pedro, donde permanecieron visibles hasta el año 1578. Entonces, fueron enterradas de nuevo en la capilla de San Cosme y San Damián de la misma iglesia. Después, un notario mandó desenterrar los cuerpos y levantó acta notarial de los mismos así como de toda la historia. Durante el siglo XVII, los cuerpos pudieron ser visitados en la misma iglesia de San Pedro, hasta que se decidió guardarlos en un armario fuera de la iglesia.

Durante el siglo XVII los cuerpos pudieron ser visitados en la misma iglesia de San Pedro. Fue a comienzos de ese siglo, cuando al hacerse populares, fueron trasladados de nuevo, esta vez, a una pequeña capilla del claustro. 

La pequeña capilla se cubre con cúpula sobre pechinas decorada con motivos barrocos de yeso. En el templete de madera que hay en su interior, obra del  turolense Policarpio Serrano, estuvieron ubicados, entre 1854 y 1902, los restos de los Amantes de Teruel, antes de su traslado definitivo a la capilla del Sagrado Corazón en ese último año, tras ser depositados en dos nuevos sarcófagos de madera tallada y con tapa de cristal.

Durante la guerra civil, las momias fueron trasladadas a los sótanos del convento de las Carmelitas de Teruel para su custodia, y finalizada la contienda fueron devueltas a su anterior ubicación. En el año 1955, año del IV centenario del descubrimiento de las momias, el diario LUCHA de la ciudad de Teruel, comenzó una campaña a nivel nacional con el fin de recaudar fondos para la construcción de un mausoleo, este hecho, logró que Juan de Ávalos visitara la ciudad y al contemplar el horrendo espectáculo que ofrecían las momias, se comprometió a realizar un mausoleo digno. Pocos meses después regaló a la ciudad de Teruel su maravillosa obra: el mausoleo de alabastro y bronce en el que actualmente reposan los restos de Diego de Marcilla e Isabel de Segura.

Actualmente, en la pared del claustro que linda con la capilla de San Cosme y San Damián, se puede ver el frente del antiguo sarcófago.

Hoy, el Mausoleo de los Amantes, verdadero icono sentimental y turístico de la ciudad, está instalado en la que fuere Capilla del Sagrado Corazón, ampliación barroca del siglo XVIII. 

Arquitectónicamente destaca en esta capilla su cúpula con linterna sobre pechinas decorada con esgrafiados de tipo vegetal, en color blanco sobre fondo negro.

Desde el año 2005 rodea la capilla el Museo de los Amantes de Teruel, edifico de nueva construcción realizado por el arquitecto turolense Alejandro Cañada, donde se expone un variado contenido relacionado con la historia de Isabel y Diego. Drama que se convirtió en uno de los temas predilectos por escritores y artistas del siglo XIX.

Allí podemos ver doos cuadros que representan el dolor del rencuentro de los amantes, uno de 1884, de Antonio Muñoz Degraín. 


Y otro más vetusto, de 1857 y autoría de Juan García Martínez. 


Al mausoleo donde reposan las momias de los Amantes se accede bajando unos peldaños, con una abertura por la que se penetra en el recinto.  

Además de los cuerpos de Diego e Isabel, el escultor dispuso una serie de símbolos íntimamente ligados a su historia de amor. Así, a los pies de la escultura de Diego aparecen dos leones tallados en bronce que simbolizan valentía, fuerza y gallardía, y por esa misma razón su mano izquierda reposa sobre el pecho.

A los pies de la escultura de Isabel se pueden ver dos ángeles, también en bronce, símbolos de su fidelidad, obediencia y pureza y por ello mismo su mano derecha reposa en el vientre.


En el conjunto se representa la muerte de Isabel junto al cuerpo de Diego, por eso él tiene los pies tapados con la mortaja que le cubre, la cual retira ella para darle el beso que le negó en vida. Isabel aparece con los pies descalzos, ya que todavía no ha dado tiempo a amortajarla. 

Las cabezas ladeadas sin llegar a mirarse.



Y las manos, que se tienden una hacia la otra sin llegar a tocarse, simbolizan el amor imposible.




El 19 de diciembre de 2017, se decide hacer una capsula del tiempo para conmemorar los ocho siglos de la historia de los amantes de Teruel, y no deberá ser abierta hasta transcurrir cien años más. 


Esta Iglesia de San Pedro es la única turolense dotada de claustro, que a su vez es uno de los cuatro que se conservan en Aragón de estilo mudéjar. El porqué de su construcción, es un tanto peculiar, ya que se hizo para facilitar el paso a la iglesia de una de las familias más acomodadas de Teruel. En 1383 Francisco Sánchez Muñoz se compromete a dota de retablo a la iglesia y a construir el claustro, a cambio de tener acceso directo desde su casa al templo, que se levantaba en el solar que ahora ocupa el jardín,  y el derecho de enterramiento durante cinco generaciones. Por eso nunca hubo en sus pandas monjes disfrutando de la lectura ni de la meditación.  

Los tramos son de planta cuadrada y se cubren con bóvedas de crucería sencilla, con claves modernas. Los nervios de triple bocel apean en ménsulas de hormigón colocadas en la reforma de principios del siglo XX. 


Dado que los elementos incorporados en las obras del siglo pasado no estaban exentos de interés, se ha tratado de respetar algunos de ellos integrándolos con los primitivos recuperados o rehechos, completando un conjunto que armoniza todos ellos sin grandes contrastes. Uno de estos elementos son las tracerías neogóticas de los ventanales del corredor próximo al jardín. Solamente se conservaba una de las quince que había en total, que se ha completado rehaciendo las otras dos y cerrando con alabastro los huecos.

 
Si algo llama la atención del visitante cuando deambula por las pandas de este claustro, son sin duda las ménsulas que sirven de apoyo a los nervios de las bóvedas. Son obra de las reformas de principios del siglo XX, llamándonos la atención, un hombre sujetando el peso sobre sus hombros. 

U otra que, además de su postura, tiene los pies de cabra y las manos de caballo; 


El siguiente parece un homenaje al “maestro Yoda” de la Guerra de las Galaxias.

Por último, en el tema figurativo, dos calaveras afrontadas. 

El soneto ganador del Certamen Nacional de Poesía de 1999 “AMANTES DE TERUEL” obra de Mariano Marco Yagüe., dice:

Alabastro que ensalzas los amores
a golpe de martillo cincelados,
guardarás el sentir de enamorados
añorando en tu frío, sus ardores.
Las ansias del querer se confirmaron
con mazos de deseos en tu roca.
Yacen en paz. Sin besos en su boca
porque, unidos a ti, los cincelaron
en lecho con valor de eternidades.
Subsistes por la unción y las pasiones
de una sangre tejida de humedades
que, siglo a siglo, en lentas filtraciones
bordaron tus entrañas con edades
de vivir, y este amor, con ilusiones.

TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_San_Pedro_(Teruel)

https://www.rutasconhistoria.es/loc/torre-de-la-iglesia-de-san-pedro

https://patrimonioculturaldearagon.es/patrimonio/iglesia-de-san- 

https://www.aragonmudejar.com/teruel/sanpedro/sanpedro01.html

https://miscelaneaturolense.blogspot.com/2013/02/febrero2013miscelanea-la-capilla-de-la.html

https://miscelaneaturolense.blogspot.com/2013/01/enero2013miscelaneaiglesia-de-san-pedro.html

https://www.rutasconhistoria.es/loc/mausoleo-de-los-amantes-de-teruel

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